jueves, 9 de febrero de 2012

“MIRA, ESTA NOVELA LA HA ESCRITO MI HIJO”


Había oído en la radio la historia de un joven escritor que había conseguido que la prestigiosa editorial Espasa le publicara su libro. Me interesé por este escritor y por su novela:" El bolígrafo de gel verde."

Lo cierto es que no esperaba mucho de una más de las cientos que se publican cada año. Lo que me había llamado la atención era la forma en la que Eloy Moreno, su autor, había conseguido darla a conocer. La familia primero y luego los amigos se encargaron de “recomendarla, regalarla, difundirla a través de Internet…”.En una entrevista al joven escritor, este cuenta cómo su madre llevaba siempre un ejemplar en el bolso animando a quien quisiera interesarse por la historia que había escrito su hijo.

La apunté en mi libreta para cuando tuviera tiempo y ganas. Un compañero, gran lector, me la sugirió, entonces recordé que ya estaba en mi lista. A partir de entonces tomé más en serio mi apunte y decidí hacerme con ella.

El tiempo para leerla lo encontré poco tiempo después. Una semana en el hospital cuidando a un familiar, sirvió para curar mi impaciencia, replantearme el concepto del tiempo y de la prisa. Momento idóneo par leer. Entre calmantes, termómetros, aparatos de tensión y algunas visitas ,leí la novela.

Eloy Moreno cuenta la vida de un hombre, de un pobre hombre que sueña y necesita cambiar su vida, tiene un “plan”. Nos presenta varios tiempos narrativos: el de los recuerdos de sucesos de la infancia, el de su anodina vida presente, y el de un futuro al que se vuelve al final de la novela. Demasiadas páginas para cerrar el círculo, para que la novela tenga un final feliz, quizá demasiado previsible.

Es interesante la caracterización de los personajes secundarios: Sara, Rafa, Rebeca, Toni.
Da cierto ritmo a la narración la primera persona y la forma de diario que marca el agobiante paso del tiempo.
Este es uno de los temas principales, la falta de tiempo en una sociedad cruel “que permite que un padre vea a su hijo solo veinticinco minutos por la mañana y otros tantos por la noche. Qué clase de sociedad permite que un niño de dos años se levante a las siete para, diariamente, mudarse a otra casa”.

Una pequeña “intriga” en torno a la búsqueda del boli de gel verde anima al principio la narración, algunas tramas un tanto de culebrón, trazan un argumento en donde lo más importante no es lo que pasa, sino lo que siente un hombre que tendrá que perderlo todo para volver a ser el mismo en una nueva vida.

No recomiendo esta novela, recomiendo leer, si no te gusta, no hagas como yo, puedes dejarla y empezar otra, o incluso buscar otro momento mejor.

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